EL ARTE Y SUS PERSPECTIVAS
En la actualidad el mundo entero enfrenta situaciones traumáticas por la presencia de la pandemia del COVID 19, la cual llego inesperadamente y ha teñido de incertidumbre, tensión y miedo a la humanidad entera. Es en este escenario que silenciosamente se presentan con una fuerza extraordinaria el arte, la creatividad y la resiliencia como herramientas sólidas para nuestras fortalezas y transformaciones personales y sociales para hacer frente a situaciones conflictivas.
 
El arte ha sido de esta manera entendido como una característica intrínseca al ser humano desde los inicios de su historia. Para Sontag (2008) las capacidades humanas y la cultura   son reflejadas y expresadas en el Arte y estas manifestaciones responden también al contexto histórico en que se definen.
 
La libertad del ser humano para pensar, hacer juicios de valor y tomar decisiones tiene un aliado en el arte, éste favorece una comunicación plena, que estimula las habilidades   sensoriomotoras y del pensamiento para desarrollar capacidades que contribuyen al enriquecimiento de los procesos de socialización y de interacción social.
 
Las artes tienen la capacidad de generar empatía con los seres humanos y ayudarlos a sentirse incluidos y útiles en su medio; poder ser tanto espectador, como actor de sus propias vivencias. Por ello, las artes son utilizadas en los talleres de intervención comunitaria, por ser puentes que hacen posibles transformaciones profundas del individuo y del colectivo.
 
Es el arte que permite rescatarle al individuo su valor humanizante y cuya construcción de ideas a través de tiempo actúan en beneficio del mismo, dándole un valor filosófico y epistemológico que antes no se había puesto en evidencia. Se ha cambiado la idea de belleza en el sentido estricto de la estética, el arte es más que eso, es la priorización del ser relevando el espíritu, afecto, imaginación, razón y otros.
 
El arte contribuye a la búsqueda y construcción de identidad a través de lo expresivo, de la emoción y de la creatividad presentes como “capacidad y potencialidad” en todas las personas, más allá de sus condiciones materiales y subjetivas de existencia.
 
Según Sanguinetti (2018; 2019), el arte es un derecho que tiene todo ser humano. El arte moviliza el pensamiento crítico, conmociona los estigmas, posibilita a través del juego la confrontación y construcción de una cultura alternativa. El arte como acción: reúne, moviliza, genera grupalidad. Toda obra de arte transita por el interior y el exterior del ser humano, cuando se encuentra al interior el factor de resiliencia se cuestiona y se ubica en el lugar del pensamiento y cuando sale de él, participa de la proyección y producción de ideas creativas.
 
El Arte, la Cultura y los contextos sociales se vinculan e interactúan dinámicamente. Por ello conceptos como organización social y perspectivas del arte y cultura en la transformación social son muy relevantes. Como indica Sanguinetti (2018) en el desarrollo de su institución Crear Vale la Pena, el arte es una herramienta fundamental para el desarrollo ético de toda persona y uno de los motores incuestionables para verdaderas transformaciones.
 
Es importante destacar que ha habido una evolución en la percepción de lo que es el arte y de sus posibles inserciones en el campo de la resiliencia, transformación social y paz. Recordemos que por mucho tiempo se veía el arte y los artistas como un mundo aparte, dónde el acceso era limitado y restringido a unos pocos escogidos. Desde hace algunos años, el arte está teniendo un nuevo rol, más centrado en el proceso artístico, que en la idea de obra acabada. La realidad nos dice que el arte tiene, en primer lugar, una capacidad transformadora de la persona y de la comunidad.
 
Según Grajales (2018), el arte no puede seguir siendo solo un instrumento para la resolución de conflictos desde la representación escénica de problemas sociales, sino que además debe afrontar el reto de la transformación individual y colectiva en función de hechos sociales relevantes, y será compromiso de la persona reconocerse a sí mismo como sujeto político trasformador de su propia realidad.
 
Tampoco puede seguir siendo un dispositivo de la cultura cuyo objetivo es brindar a las comunidades, un espacio de esparcimiento social y colectivo o un elemento de expresión artística, para desarrollar las competencias adquiridas en programas o proyectos de gestión cultural que responden a políticas nacionales.
 
Freire (1970) nos indica que, en el arte del Teatro del Oprimido, se muestra la influencia de estas prácticas en la resolución de problemas de la población, como una herramienta de empoderamiento, educación y desarrollo comunitario. Estas prácticas abrieron dentro del marco artístico probabilidades para la empatía y la participación pública, lo que originó formas de agrupación. Por lo tanto, generaban procesos de autorepresentación y autoconciencia tanto de identidad particular como de pertenencia a un cuerpo común mayor.
 
Es así como Maturana (1999) ve al arte como mediador   que    posibilita    el    autoconocimiento y observación de sí mismo en función del autoconstrucción poética o autopoiesis del ser, como formas de ver, habitar y construir el mundo que nos rodea. Para Maturana (1999), la autopoiesis es la propiedad básica de los seres vivos, puesto que son sistemas determinados en su estructura, es decir, son sistemas tales que cuando algo externo incide sobre ellos, los efectos dependen de ellos mismos, de su estructura en ese instante, y no de lo externo.
 
Con estas premisas frente al poder del Arte en el desarrollo personal y colectivo y su impacto en situaciones traumáticas de guerra y otros, citaremos a uno de los grandes expositores de la Resiliencia Boris Cyrulnik. Este autor además de, etólogo, neurólogo, psiquiatra y psicoanalista, fue un judío ruso que logró escapar de los campos de concentración nazi, reconociendo en sus relatos como él y muchas otras personas fueron capaces, después de atravesar experiencias traumáticas, reorganizar su vida en forma satisfactoria.
 
Cyrulnik (2009), en una de sus entrevistas titulada “Vencer el trauma por el arte”, expresa que “La resiliencia es la capacidad del ser humano para superar el trauma”, además afirma que “no hay vía más eficaz que la expresión artística para empezar a tratar el dolor profundo”; reconociendo así la importancia del arte como herramienta que facilita la resiliencia en los individuos que han atravesado situaciones adversas a lo largo de sus vidas. La pregunta que nos debemos hacer es ¿cómo hacer que esto suceda? (p. 42)
 
Cyrulnik (2001) hace referencia al efecto que puede generar una novela, una película, una obra de teatro, un ensayo filosófico al permitir   al herido no hablar de sí mismo (que le resulta demasiado difícil), sino de un representante, esto quiere decir que, mediante una obra artística, la persona podrá comprender que en realidad se trata del sujeto en una obra artística, podrá dar testimonio de lo ocurrido de una forma que permite romper las etiquetas y expresar libremente lo sucedido.
 
El cine, la ópera, la literatura, entre otras artes, se pueden volver un factor de resiliencia, al respecto Cyrulnik (2009), señala que esto es porque nos pueden ayudar a nombrar el trauma, construir lo que se rompió y transformarlo. Las narrativas colectivas dan forma al sentido de sí mismo. El teatro, cine, novelas y ensayos constituyen una narrativa que nos rodea; el sujeto herido dispondrá de un precioso factor de resiliencia. Así también, la tecnología constituye una herramienta de creación de obras de arte y participa a las emociones colectivas.
 
 
LA CREATIVIDAD
Con frecuencia escuchamos acerca de la necesidad de “pensar fuera de la caja” haciendo referencia a la capacidad de utilizar nuestra imaginación, para encontrar soluciones creativas a los obstáculos que se puedan presentar en la vida. Cuando una persona sale de su zona de confort y debe desaprender conocimientos anteriores para instalar nuevos saberes u oficios nunca antes pensados, su creatividad hace la diferencia y le permite adaptarse a su nuevo entorno.
 
Existen múltiples formas de expresar la creatividad y sin ser excluyentes las Artes se ubican como manifestaciones de la Creatividad que es inherente a todos los seres humanos. No hay definiciones únicas acerca de la Creatividad, pero sería el proceso de descubrimiento o producción de algo nuevo, que expresa el vínculo de los aspectos cognitivos y afectivos de la personalidad. Lo que sería único y variado en las personas.
 
Desde un marco humanista (Labarrere, 1999; 2005) presenta algunos axiomas básicos sobre la creatividad.
 
·       Un individuo debe ser creativo para completar su sí mismo con sentido.
·       Para que una sociedad sea creativa debe basarse en relaciones democráticas de igualdad y libertad de los hombres.
·       Cada uno en cada actividad, todo el tiempo, puede y debe ser creativo.
·       La estimulación de la creatividad debe ser ambiental, personal, organizacional, social y cultural.
·       El ambiente creativo estimula; movimiento, enriquecimiento de la persona y del ambiente; libertad, cambio, cambio de roles y posiciones de grupo; universalidad; apoyo de los procesos de pensamiento.
·       La creativización de la personalidad y del ambiente implica aceptar que la conducta del hombre está motivada por lo racional e instintivo.
 
Vygotski (2003) indica que… “la creatividad es una fuerza necesaria para la existencia” Plantea, además, que la base de toda actividad creativa es la imaginación. “La actividad creativa de la imaginación depende primariamente de la riqueza y variedad de las experiencias previas”. (p. 137)
 
La actividad creativa según Vygotski (2003) es aquella que construye algo nuevo, nuevas formas o actividades. Es así que, la imaginación brinda al mismo tiempo un papel central en la maduración de la vida emocional y también sirve al desarrollo del razonamiento y de la inteligencia. En conclusión, para Vygotski (2003) los niveles más altos de imaginación no pueden acontecer sin razonamiento, y los altos niveles de razonamiento no pueden suceder sin imaginación.
 
Es necesario comprender de qué manera el Arte y la creatividad pueden ser ejes importantes para el desarrollo de factores protectores, o, dicho de otro modo, de factores que contribuyan a desarrollar o estimular la resiliencia. Por esto es que mencionamos al Arte, sus significados, funciones o cualidades y la importancia de estimularlo en la escuela.
 
Planteamos que, en los colectivos humanos, el arte estará presente, ya que éste no sería privilegio de una minoría, sino por el contrario, una actividad natural de la humanidad en su conjunto. Es también necesario priorizar que todas las artes, la literatura, las artes visuales, la música, la danza, el teatro, el circo, son los medios más poderosos de que dispone nuestra cultura para afrontar con intensidad y expresar los devenires de la vida
 
 
El potencial creativo se activa y se modifica de acuerdo al contexto. Ninguna persona es creativa en el mismo grado y en el mismo sentido, en ambientes y tiempos diferentes. En esta mirada social, son importantes elementos como acción social, socialización, percepción social, control social, formas de la influencia social, y todo tipo de factores interpersonales.
 
El arte y las perspectivas creativas contribuyen a la sensibilización del sujeto, al desarrollo de su percepción del mundo, pero también a la liberación del mundo emocional. Educar, formar con el arte nos hace más humanos. Llanos (2011) menciona como Boal (2002) revoluciona el Arte del Teatro identificándolo como la fuente de humanización del ser humano, siempre en sus talleres de formación de Teatro del Oprimido indicaba que nos volvíamos Humanos cuando cuando descubríamos este Arte.
 
Siguiendo a Boal (2002) existe una dinámica suigéneris entre el hombre y el teatro, al punto que el descubrimiento del teatro hace que su ser se vuelva humano, y se identifique todo ser Humano como Teatro.
 
Es el arte el que hace posible re humanizar a las personas, sensibilizarlas con la integración de todos los sentidos como herramientas de expresión y de comunicación.   Es así que la renovación, innovación e imaginación junto con un desarrollo crítico permite enfocar el arte como una herramienta social y política.
 
Hemos aprendido con Freire (1970) a rechazar la segregación cultural en la educación. Las décadas de lucha para salvar a los oprimidos de la ignorancia sobre ellos mismos, nos enseñaron que una educación libertaria tendrá éxito, solo cuando los participantes en el proceso educativo sean capaces de identificar su ego cultural y se enorgullezcan de él. La función del arte en la formación de la imagen de la identidad juega un papel especial.
 
Cyrulnick (2002) defiende que la enseñanza temprana del arte, el deporte, el dibujo, el teatro y el cine son excelentes herramientas para desarrollar la empatía en los niños porque son las artes y la cultura las que ayudan a los procesos de socialización, al socializar con más facilidad y sentirse más confiados, siendo la cultura la que forma parte de la condición educativa y nos permite aprender a convivir mejor, así como colaboran en el procesamiento del trauma.
 
Desde el punto de vista científico, se ha demostrado la correlación entre creatividad y resiliencia. Es decir, las personas resilientes han demostrado tener un nivel alto de creatividad. Estudios recientes sobre migraciones, un tema de gran actualidad y con factores estresantes definidos, ha mostrado que la movilidad humana (característica común en la historia de la humanidad, acentuada en las últimas décadas por múltiples factores) relaciona la resiliencia con la creatividad. Cala, I (2017) menciona un estudio de la Universidad Distrital Francisco-Colombia realizada por José De Caldas(2011), con un grupo de 58 inmigrantes ecuatorianos y colombianos en España, así como, 35 personas en condiciones de desplazamiento forzado, ubicadas en Bogotá y provenientes de diferentes regiones rurales de Colombia, confirman lo anteriormente expuesto.
 
En ambos grupos, el hecho de tener que reinventarse en su nuevo espacio de vida, les incentivó la creatividad como posibilidad constructiva en un entorno de incertidumbre y complejidad. Este estudio revela que la creatividad es una cualidad que hace posible los procesos de adaptación y que se evidencia de forma directa en aquellas personas que han tenido que superar condiciones desfavorables.
 
La propuesta de Sen (1999) contenida en la teoría de las capacidades humanas, del economista y filósofo hindú es una de las iniciativas más influyentes en el ámbito de la filosofía práctica, la educación y las ciencias sociales. Sen (1999) analiza problemas sociales que afectan al bienestar humano, como la desigualdad, la pobreza, la calidad de vida, el limitado desarrollo humano y la injusticia social, permitiendo una nueva mirada de estos problemas. Plantea el concepto de “la capacidad” que representa la libertad de una persona para elegir entre vidas alternativas, combinaciones de funciones que representan las cosas que podemos hacer y las diversas formas de ser. Esa capacidad es la que produce un efecto transformador, singular y peculiar en cada persona. La capacidad habla de la libertad y los bienes primarios son los medios para la libertad.
 
Los conceptos de Sen (1999) Premio Nobel de Economía, han traído nuevos paradigmas, ya que el desarrollo humano está visto como una expresión de Libertad y vínculo con nuestras capacidades innatas. Libertad es cruzar la frontera sin temor. El arte permite por medio de habilidades, potenciar los procesos de los resilientes en el campo de la autorregulación, la subjetividad, la capacidad y de la agudización de los sentidos para trabajar los momentos de crisis, que subyacen en todo ser. Desde lo creativo, transformaciones se producen, la reflexión se profundiza y la expresión de lo emocional contribuye al manejo de situaciones de crisis.
 
La utilización del arte en sus diversas modalidades permite colectivos de escenarios de interacción, que favorecen la mutua aceptación, estructuran la comunicación de ideas y sentimientos, armonizan el cuerpo, generan diálogos constructivos, nuevas narrativas y sentidos compartidos. Permite movilizar los diferentes procesos de la interacción humana, desde la participación, la construcción de acuerdos, la distribución de responsabilidades para el buen funcionamiento del grupo, el compromiso con los resultados, con la dinámica entre los miembros del grupo y la utilización del conflicto como motor del cambio, fomentar la autonomía de las personas, promover procesos de inclusión social.
 
Boal (2002), creador del Teatro del Oprimido en su discurso por el día mundial del Teatro en el año 2009 reiteró: “Viendo el mundo, además de las apariencias, vemos a opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida”. Un teatro del ser es una propuesta social y humana con enfoque en el ser del mundo, cuya importancia radica en reconocer el papel del teatro como dimensión social y humana de la vida. La importancia del ser es argumentada desde Boal (2002), ya que es fundamental encontrar referentes que sustenten el carácter estético del teatro como una forma de ver el mundo, habitarlo y construirlo en función de una transformación individual y colectiva, a fin de generar cambios en los patrones sociales que promueven conflictos, problemas y configuran problemáticas.
 
Con respecto a la estética del oprimido Boal (2012) nos puntualiza interesantes reflexiones con respecto al arte, la creatividad y los procesos estéticos.
 
·       Los medios de comunicación, desean transformar al Artista en mercancía. Sin embargo, todo ser humano es, sustantivamente, artista.
·       El talento no es posesión “exclusiva” de las monarquías artísticas.
·       El proceso estético es un derecho humano que contribuye   a   potencializar   el   análisis y conciencia de la realidad y posibilita su expresión y transformación.
·       Todo ser humano pertenece a una cultura, medio social, geográfico lingüístico, tiene una identidad singular y colectiva. También interactúa en medios y grupos cuyas percepciones pueden estar imbuidas por prejuicios y estereotipos
 
En el proceso educativo, las personas realizan experiencias importantes para su desarrollo y si este proceso está dentro de los cánones de la educación por el arte: se expresa, adquiere técnicas, pautas de ordenamiento, experimenta y evalúa en relación con los procesos intelectuales, afectivos y sociales, desarrolla su capacidad de trabajo grupal, incrementa sus posibilidades de resolver situaciones, privilegiando la reflexión sobre la acción y aprende a expresar en distintos lenguajes sus conocimientos y vivencias.
 
Es a través del arte educador que se posibilita la libre expresión, ella es la manifestación de las oportunidades que concreta en uso de su libertad con que se realiza el proceso de enseñanza y aprendizaje, donde cada uno despliega múltiples posibilidades que siempre se multiplican en el encuentro con el otro, con los pares y con el docente. El rol del educador por el arte es el de un guía activo del proceso enseñanza aprendizaje
 
“Educar a través del arte” de manera que el arte sirva para satisfacer una gran gama de necesidades sociales y personales. Por otra parte, muestra que los centros culturales y los museos estén ahora siendo llevados por dinamizadores comunitarios. La llamada multidisciplinariedad con educadores sociales en estos ámbitos posibilita una mejora social. Como indica Catalá (2016), educar es formar personas y éstas necesitan tener relación entre sí, el arte es un canal de relación y comunicación, donde confluyen el plano intelectual como el socio afectivo. Arte y Creatividad están totalmente entrelazadas y se vinculan dinámicamente.
 
 
LA RESILIENCIA
Hemos iniciado este articulo destacando el rol del Arte y la Creatividad en el proceso de Resiliencia, concepto que con la presencia mundial del Covid 19 se ha hecho presente en la comprensión de los esfuerzos para hacer frente a las crisis como la que el mundo se  enfrenta en la actualidad.
 
A partir de los años 80, nace el concepto de Resiliencia, su origen proviene del latín, del termino Resilio, que significa “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”. El término de Resiliencia pertenece al campo de la Física y se refiere a “la resistencia de un cuerpo a la rotura por golpe. La fragilidad de un cuerpo decrece al aumentar la Resiliencia.” (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 1996, p. 5). Así el término fue tomado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanas y socialmente exitosas Rutter, M. (1993). Mencionaba que el concepto de resiliencia, se refiere a la capacidad que tiene el ser humano de sobreponerse a la adversidad y salir fortalecido de esta, ha sido ocupado por distintas disciplinas, como la Sociología, Psicología, Economía, Educación, Salud, entre otras.
 
La Resiliencia es entendida como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas (Grotberg, 1997). Según Vanistendael (1994, 2002) concibe la Resiliencia como fuente de inspiración para nuevas esperanzas. La resiliencia es la capacidad humana para enfrentar y sobrepasar la adversidad, de estar y hacer bien a pesar de las circunstancias difíciles.
 
La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, esto es, la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión; por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad para construir un conductismo vital positivo pese a circunstancias difíciles (Vanistendael, 1994). Según este autor, el concepto incluye, además, la capacidad de una persona o sistema social de enfrentar adecuadamente las dificultades, de una forma socialmente aceptable.
 
El Prof. Rutter (1993) en sus explicaciones sobre los mecanismos de factores protectores y de las fortalezas internas indicaba que hay gran variabilidad en como las personas respondían a los problemas psicosociales. Es así que durante muchos años puso énfasis en aquellas personas que enfrentan la adversidad y que no necesariamente sufren secuelas graves. De allí que su hipótesis se basa en la presencia de factores que permiten hacer frente a las condiciones de riesgo, los cuales representan una esperanza y una posibilidad para programas de prevención que favorecerían el refuerzo de aquellos elementos internos que permitirían hacer frente a la adversidad.
 
La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida sana, viviendo en un medio insano. Estos procesos tendrían lugar a través del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre atributos del niño y su ambiente familiar, social y cultural. Por ello, la resiliencia no puede ser pensada como un atributo con que los niños nacen, ni que los niños adquieren durante su desarrollo, sino que se trataría de un proceso interactivo entre éstos y su medio (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 1996).
 
También se   entiende   que,   la   resiliencia   es la capacidad de una persona o de un grupo para desarrollarse bien, para seguir proyectándose en el futuro a pesar de losacontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vidas difíciles y de traumas a veces graves (Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Cyrulnik. 2004).
 
Wolin y Wolin (1993) señala siete elementos básicos para la Resiliencia, ellos son: introspección, independencia, capacidad de interacción, capacidad de iniciativa, creatividad, ideología personal, humor.
 
·       Introspección. Capacidad de mirarse internamente, plantearse preguntas difíciles y responder honestamente.
·       Independencia. Capacidad de establecer límites entre uno mismo y ambientes adversos.
·       Capacidad de interacción. Habilidad para establecer lazos internos y satisfactorios con otra persona.
·       Capacidad de iniciativa. Hacerse cargo de los problemas y ejercer control sobre ellos.
·       Creatividad. Capacidad de lograr orden, belleza y propósito a la situación difícil y hasta caótica.
·       Ideología personal. Se entiende como conciencia moral.
·       Sentido del Humor.
 
Lo señalado anteriormente nos lleva a reflexionar en la importante dinámica y danza entre el arte la creatividad, la cultura y la resiliencia. Siendo válida la pregunta: ¿Somos más resilientes porque somos creativos, o somos más creativos porque somos resilientes?
 
La resiliencia acepta que la realidad puede ser alterada a través del humor, de la creatividad; siendo el arte la mejor posibilidad para experimentar y crear de acuerdo a las posibilidades e intereses de cada uno. La resiliencia y el análisis del proceso resiliente permite visualizar sobre qué intervenir, cómo y cuándo, creándose así la posibilidad de la prevención y la promoción de una mejor calidad de vida para todos los seres humanos.
 
Es así que según Cyrulnick (2002), la resiliencia constituye un proceso de entramado entre lo que somos en un momento dado, con los recursos afectivos presentes en el medio ecológico social, la falencia de esos recursos puede hacer que el sujeto sucumba, pero si existe, aunque sea un punto de apoyo, la construcción del proceso resiliente puede realizarse.
 
Descubrir y realizar el potencial creativo propio es el mayor estímulo para la autoestima, que a su vez es decisiva para superar la adversidad e insertarse socialmente. Cyrulnik (2009) afirma que la fantasía artística es la mejor herramienta para enfrentar la adversidad. Nosotros creemos que una   persona con autoestima y capaz de apoyarse en sus recursos creativos tiene escasos riesgos de caer en la violencia, la droga, la prostitución y la criminalidad, que son el trasfondo de la vida cotidiana en circunstancias de vulnerabilidad.
 
Al superar la desvaloración personal y/o de grupo
-algo alcanzable mediante el arte- permite consolidar la conciencia de la dignidad y las nociones de derechos, de valores sociales y de deberes, así como el espíritu de solidaridad social. Con resiliencia la analogía es igual. Una persona o una comunidad resiliente, solo sanan o purgan su dolor, cuando expresan en su música, danza, artesanías y demás expresiones culturales, todo aquello que les impide una vida digna, un desarrollo humano en el que se les reconoce quienes son y como son. La tragedia griega sobre la que reflexionaron y escribieron los filósofos, no es otra cosa que la tragedia de la vida y la catarsis, la resiliencia, en la que el hombre deja de ser espectador para convertirse en actor. De allí que Boal (2002) en el teatro fórum del Teatro del Oprimido indica que la persona en la audiencia es identificada como espect-actor o sea tiene el doble papel.
 
Rogers (1980) fue uno de los primeros estudiosos de la conducta humana que puso de relieve la visión humanista de la resiliencia, para él cada ser humano tenía un potencial innato hacia la autorrealización y ello permitía el afianzamiento y motivación para hacer frente, para buscar soluciones es por ello que su línea de terapia basada en la persona refleja la visión positiva de la búsqueda de soluciones.
 
Gracias a Sen (1999a) premio nobel de economía. El descubrimiento y desarrollo de capacidades, claramente se convierte en una estrategia de relevancia –desde esta concepción de la misma– que orienta las propuestas y acciones para revertir la pobreza.
 
Samela (2020) informa que, en una encuesta entre 140 Empresarios Jefes de empresas de 7 países, la creatividad (67%), la gestión del cambio (59%) y la capacidad de resiliencia (58%) era lo más valoradas. La vertiginosidad con la que hemos vivido estos días de pandemia en América Latina lleva a un protagonismo de crear, probar, equivocarse, cambiar. A estas tres habilidades, los expertos en recursos humanos agregan empatía y responsabilidad valores para afrontar la crisis.
 
Reiteramos la perspectiva artística como de mayor impacto, ya que, junto con proyectos colaborativos, contribuye al fomento de la participación, colaboración y cooperación de la población, desarrollando sentimiento y actitud de pertenencia, y con ello, desarrollo de la comunidad, siendo protagonistas de su propio cambio y transformación, de una manera crítica y creativa. Tenemos a nivel mundial muchos ejemplos de personas y grupos resilientes. En mi experiencia como viajera y amante de las artes he vivenciado el impacto del Teatro, especialmente soy formada en Teatro del oprimido y Teatro espontaneo (Playback theater) así como en danza soy biodanzante y como amante del circo mi experiencia con el circo social de Palestina significo un hito importante en mi vida personal y profesional.
 
En el año 2019 tuvo lugar la reunión global de la Asociación Mundial de Educación por el Arte, en la ciudad de Frankfurt, en la cual tuve la oportunidad de ser invitada y presentar el tema del Arte en los procesos de transformación personal y social. (Llanos. 2019). La situación mundial reveló que en las escuelas el número de horas asignadas a las Artes están siendo reducidas, y en algunos ya no existen. Esta reunión era un seguimiento a las propuestas que se hicieron en Korea en el año 2010 en la Cumbre por el Arte auspiciada por UNESCO. Como resultado de este encuentro se escribió la Declaración de Frankfurt que ha sido entregada a la Unesco como una contribución para los Objetivos del Desarrollo Sostenido. (Ver Anexo 1)
 
A continuación, quisiera focalizarme en el impacto de la música, movimiento y danza con ejemplos de experiencias peruanas.
 
 
SINFONÍA POR EL PERÚ
 
 
Es con esta concepción y apoyo que nuestro gran tenor peruano aclamado mundialmente dio inicio al proyecto de Sinfonía por el Perú, un proyecto social que busca ser una respuesta de esperanza para miles de niños y jóvenes en situación de riesgo, proyectándolos hacia un mejor futuro en una sociedad más noble y justa.
 
“Sinfonía por el Perú me recuerda cada día cómo la música no solo cambió mi vida, sino la de miles de niños, ofreciéndoles un nuevo futuro lleno de esperanza” Testimonio Juan Diego Flórez
 
Gracias al proyecto se crearon cuatro centros musicales en cuatro zonas muy diferentes de Perú: los barrios urbanos marginados de Trujillo (costa), Huancayo (sierra), Huánuco (selva húmeda) y Manchay-Lima (desierto). Cada centro lleva la música a casi 200 niños y adolescentes que viven en la pobreza o por debajo de su límite. Además de proporcionar instrumentos musicales y profesores calificados, en los centros también se desarrolló una nueva metodología de enseñanza musical innovadora.
 
En muy poco tiempo, a través del poder de la música, los participantes demostraban mayor autoestima, mayor tenacidad para alcanzar metas, mayor creatividad,   desarrollaron   valores,   hábitos y actitudes que enriquecen y transforman sus vidas, así como fomentan mejores formas de convivir en sociedad.
 
Transcurridos 4 años del inicio del proyecto se pensó en la evaluación del mismo. Las evaluaciones de impacto, cuyo objetivo principal era la generación de evidencia real y externa que confirmara el Efecto Sinfonía como sinónimo de transformación. El diseño metodológico con grupos de control e instrumentos válidos representaron también un gran esfuerzo con la institución GRADE para objetivamente poder ofrecer información sobre el impacto del proyecto.
 
Los resultados del primer estudio indicaron que, en el corto tiempo, las niñas, niños y adolescentes beneficiarios se convirtieron en agentes de cambio para sus familias y toda la sociedad. En la narrativa del primer al segundo estudio, se consolidó el efecto sinfonía con trascendencia a lo social, a través del desempeño personal, la responsabilidad y la madurez.
 
Al sentirse apreciados y reconocidos, los chicos descubren que pueden lograr grandes objetivos para sí y para su comunidad... En otras palabras, todo aquello de lo que estaba convencido por mi propia experiencia queda ahora evidenciado de manera irrefutable. (Juan Diego Flórez).
 
De acuerdo al Informe de Evaluación de Sinfonía del Perú (2018) Los índices de impacto los posicionan como un programa social de altísimo nivel, demostrando de manera científica lo que se denomina como El Efecto Sinfonía. Un efecto vital que cambia la vida de miles de familias en todo el Perú, y que gracias a esta segunda evaluación se logra consolidar otro punto de soporte que permite trazar un rumbo preciso hacia el éxito en el desarrollo de los niños y jóvenes de nuestro país, especialmente aquellos que viven en situación de riesgo y vulnerabilidad.
 
Este impacto positivo que va más allá de la permanencia del niño en el programa, un impacto que lo acompañará toda su vida, transformando también a su familia, a la comunidad y a la sociedad en su conjunto.
 
Así como el ejemplo de Sinfonía por el Perú nos presenta la formación de niños y niñas resilientes. Este virus es una oportunidad para escuchar las voces de personas que solemos ignorar. Y al mismo tiempo, es importante reconocer y proteger el trabajo de nuestros artistas. Ya hemos recorrido la ruta de aportes de las Artes en el fomento de la Resiliencia y abogamos por los esfuerzos de los artistas en apoyo de alternativas frente al Covid. Encontramos esfuerzos de utilización de musicoterapia en países como México y San Salvador, Teatro y danza en Chile, estos esfuerzos han sido iniciados recientemente; por lo que prometemos un próximo articulo con el impacto que estas experiencias aportan en la situación mundial de Pandemia.
 
Es por ello que la Unesco consciente de esta situación global creo Resiliart.
 
 
RESILIART UNESCO Y COVID
En su discurso inaugural de celebración del primer aniversario (abril 2020) del día mundial de las Artes, Audrey Azoulay, Directora General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], señaló: “En estos tiempos inestables e inciertos, necesitamos mirar las cosas que nos unen - las cosas que nos muestran el mundo en todas sus manifestaciones - y para ello necesitamos artistas”. ResiliArt movimiento creado por UNESCO tiene como objetivo reflejar el impacto de la pandemia COVID-19 en el sector cultural. Desde abril, las instituciones culturales están cerradas en casi 150 países.
 
Como indicáramos el rol del Arte y los artistas es fundamental es por ello que a través de este movimiento se rescata el ejemplo positivo de cómo los artistas están proporcionando apoyo a sus audiencias en este difícil momento con contenidos en línea, pero es necesario concientizar sobre la protección de los derechos de autor y la remuneración justa a los artistas tanto a nivel personal como colectivo.
 
Según Deeyah Khan, directora noruego-británica y defensora de los derechos humanos, creadora musical y directora de documentales, participo en un panel en esta primera actividad de Resiliart y señaló que los trabajadores de este sector no disfrutan, ni siquiera en circunstancias normales, del mismo nivel de protección y derechos que los trabajadores de otros sectores. Comentó sobre la vulnerabilidad actual porque las profesiones dentro del campo de las Artes no son consideradas como necesarias. El debate iniciado por Resiliart concluyó reivindicando que la cultura y la creatividad no son un lujo, sino que precisamente son esenciales para la supervivencia de las sociedades.
 
En setiembre de este año se seleccionaron y presentaron 5 países con expresiones culturales artísticas de las comunidades de Italia, Mali, Palestina, Sri Lanka y Perú. Desde Italia, la artesanía tradicional de los violines en Cremona. Desde Mali, los conocimientos y habilidades tradicionales para la conservación de la construcción de barro. Palestina presentó los impactos en el patrimonio vivo de Palestina. Sri Lanka, el espectáculo tradicional de títeres de cuerda.
 
De Perú, las maestras sarhuinas presentaron la experiencia de la confección de mascarillas, las cuales incorporan diseños y patrones tradicionales para promover el arte de Saru. Esta iniciativa, surgida durante el período de crisis sanitaria en el Perú, ha sido reconocida a nivel nacional e internacional como una de las primeras iniciativas de respuesta por las comunidades originarias en Latinoamérica y el Caribe, basadas en el patrimonio inmaterial y el factor clave que tiene a la cultura como eje de resiliencia y desarrollo social.
 
 
REFLEXIONES FINALES
 
Creatividad y resiliencia: las habilidades más valoradas para afrontar la “nueva normalidad”
El contexto cambiante, incierto y adverso pone en primer plano la capacidad de las personas para sobreponerse e innovar. Es así que cuando se salga progresivamente de cuarentenas y aislamientos, el mundo será otro. Es por ello que ya se está hablando de una “nueva normalidad”.
 
La pandemia parece ser un puente en el devenir de la humanidad, pero es, ante todo, una fuente de incertidumbre. Pero al mismo tiempo es una etapa de reflexiones y encuentro de potencialidades y creatividad.
 
Hoy son muchas las personas que pueden compartir sus reflexiones y orientar en esta Pandemia. Pensemos en las voces del personal médico de clínicas y hospitales, que día a día arriesgan sus vidas y las de sus seres queridos; las personas que recogen la basura de nuestros hogares, invisibles e invisibilizados; aquellos que cruzan la ciudad en transporte público para asegurar el sustento. Todos ellos tienen algo que decir, ideas que expresar y descubrimientos para compartir.
 
Hemos dado pinceladas al enorme poder transformador, educador y terapéutico de las Artes y con una situación actual de Pandemia rescatar sus valores como una herramienta para la resiliencia que permite a las personas hacer frente a la adversidad.
 
También si lo proyectamos a los sistemas educativos que se ven en una etapa innovadora y tratando de dar respuestas inmediatas, el arte o mejor dicho las artes constituyen aliadas de enorme impacto. Este vínculo entre educación y arte es significativo para la formación integral del ser humano. El arte y la creatividad ayudan al aprendizaje y al desarrollo de capacidades humanas personales y colectivas, permitiendo el desarrollo de pensamiento crítico y valorando las posibilidades de la educación formal y no formal.
 
La historia del arte, la literatura y el pensamiento está llena de ejemplos de cómo las pandemias alimentaron el genio creativo expresado en textos, en música, en pintura, en escultura, en películas.
 
Los artistas son exploradores, curanderos, activistas y visionarios. Hacer arte es   esencial para hablar con verdad al poder, soñar con nuevas realidades y, en última instancia, cambiar el mundo. Se puede, incluso en cuarentena. En las miles de formas en que los humanos confiamos en las representaciones artísticas para dar sentido a los cambios y las crisis. Una novelista americana Susan Sontag (2008) en forma muy creativa indica que el concepto literario de metáfora puede ser aplicadas a las enfermedades y escribe lo que en aquel entonces era la preocupación mundial el sida y correlaciona a los virus con las metáforas que son abstracciones.
 
La resiliencia en tiempos de pandemia es una necesidad absoluta para poder mantener una buena salud psicológica. Básicamente se forja con las circunstancias de la vida. Por tanto, es una habilidad que se puede aprender a través de un proceso. Según Friedrich Nietzsche decía: “lo que no me destruye, me hace más fuerte”. En este caso, con la resiliencia, aquello que te hace pasarlo mal en un momento de tu vida, puede dejarte enseñanzas poderosas y llevarte al descubrimiento de potenciales.
 
Con respecto a las llamadas crisis su potencial para ver en ella oportunidades ha sido identificada desde años atrás, ya Einstein (1931) indicaba que si quedamos en la inercia de seguir haciendo lo mismo nunca encontraríamos que salir de la crisis representa utilizar nuestros mecanismos más creativos.
 
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
 
El 15 de abril se celebró el primer aniversario del Día Mundial del Arte, esta celebración se iniciaba con las expectativas sobre la visión de una gran ola de creación alrededor de la pandemia de este siglo XXI. En la actualidad somos testigos de las reivindicaciones de género en la escena artística, próximamente comenzaremos a ver cómo el virus y sus consecuencias se convierten en tendencia creativa a nivel global. Según decía un poeta, la gran obra maestra sobre este virus, aún está por ser creada.
 
 
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